La serie «Todos tenemos un cuerpo» es una obra que reflexiona sobre la relación de los cuerpos con su desnudez. La desnudez en estado puro. Un trabajo que comenzó antes de la Residencia Mira Latina y sigue después de ella, pero que durante su realización vivió una experiencia particular, donde retraté a algunos de los participantes de la Residencia. Cada sesión individual establecía intensos diálogos sobre cómo nos vemos a nosotros mismos y cómo sentimos las opresiones y normas impuestas por la sociedad que castiga constantemente nuestros cuerpos. La obra es un intento de reforzar la idea de que todos tenemos cuerpos perfectos e imperfectos al mismo tiempo, cuerpos que pulsan, que sienten, que vibran, que se deleitan con el placer y el dolor. Cuerpos gordos, delgados, altos, bajos…
Durante la preparación de las sesiones, está presente la escucha activa y se construyen lazos de confianza y seguridad con las personas que se proponen ser fotografiadas, procesos fundamentales para la realización del ensayo. Donde la intención es generar un momento de encuentro, de libertad, de descubrimiento, de apertura, y sobre todo, de amor y cuidado de cada persona consigo misma. Este camino de escucha, diálogo, mirada atenta y respetuosa al cuerpo y a las emociones durante la preparación y ejecución de cada ensayo está orientado e inspirado en lo que postula la escritora Bell Hooks: «es importante comprender los orígenes de una autoestima frágil y crear una base para la construcción del amor propio».
Durante las sesiones es habitual que se revelen historias de dolor, trauma y tristeza. Cuerpos violentados de las más diversas formas se desnudan y se dejan ver y fotografiar. Establezco, a través de la fotografía, una relación de intercambio y confidencias, por ambas partes. Soy testigo de sus experiencias y pido a cada participante que se mire, toque, perciba y sienta su propia piel, cicatrices y marcas. Que celebren, veneren y den gracias a sus propios cuerpos. Es muy frecuente oír lo mucho que desean quererse a sí mismas y a su cuerpo tal y como son realmente, lo que resalta la dificultad de aceptación. Pero también es habitual ser testigo de los momentos de satisfacción, reconocimiento, gratitud, admiración, amor propio, amabilidad y cuidado que se dedican a sí mismos.
Tal vez esta obra trate esencialmente del amor y del encuentro más que de cualquier otra cosa.